Aldea Mundial
Pascual Falces de Binefar
Querido Jesús: (lunes, 16 de noviembre de 2009–AM)
gel del Señor anunció a María, y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. – He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tus palabras… - Y el Verbo de Dios se hizo carne, y habitó en nosotros. – Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Que así sea. Esta es mi fe, que así sea. Y prosigue con el Salmo 16: “Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré”. Aunque mi cabeza esté perdida, Él siempre estará a mi lado, y su Misericordia seguirá siendo mi único merecimiento. “Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha”. Para eso mi vida está abandonada en tus manos. Ten compasión y misericordia de mí. Y prosigue con la Carta a los Hebreos 10: “Si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna oblación”. Porque Tú, mi buen Jesús, eres mi redentor, y nos has abierto las puertas del Cielo. Vives en nosotros en esta tu segunda venida, hasta que en la tercera, impere tu Reino sobre todas las cosas. Y continúa con San Marcos 13: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.
Oración
Leopoldo tenía la piadosa costumbre de rezar y hablar con Dios todo los días.
Durante los últimos 20 años adquirió la práctica de escribir esta oración.
La presente, y última oración, corresponde al 16 de Noviembre del 2009, víspera de su muerte.
Leopoldo tenía la piadosa costumbre de rezar y orar todos los días ante su padre Dios.
En los últimos años adquirió la costumbre de escribir esta Oración.
A continuación se muestra la oración que escribió el 16 de Noviembre del 2010, el día anterior de su marcha al cielo.